Una inteligencia artificial acaba de romper una creencia arraigada durante décadas en el ámbito de las ciencias forenses: que cada huella dactilar es única y aleatoria, incluidas las de los diferentes dedos de la misma persona. Un análisis basado en redes neuronales ha detectado que las improntas digitales de un individuo presentan muchas más similitudes entre ellas de lo que se pensaba debido a que se estaban comparando de forma incorrecta o, para ser más precisos, a que los análisis tradicionales no tomaban en cuenta las características que permiten vincularlas.
Los autores del estudio, ingenieros de la Universidad de Columbia, demuestran con un 99,99% de confianza que las huellas dactilares de dos dedos cualquiera de la misma persona son extremadamente similares cuando se mira la orientación de las crestas cerca del centro de la huella, un descubrimiento que, aseguran, podría mejorar mucho la eficiencia de las investigaciones forenses al poder vincular huellas de diferentes dedos de una misma persona en distintas escenas de un crimen, por ejemplo.
Los resultados del estudio, que se publicarán el viernes en un artículo en la revista Science Advances, desafían tanto las creencias establecidas en la comunidad forense que un par de revistas especializadas en ese ámbito rechazaron antes su publicación. Pero el equipo de Columbia no desistió, alimentó el sistema de inteligencia artificial con más datos y lo mejoró para ofrecer aún más precisión a la hora de detectar cuándo huellas dactilares aparentemente únicas que pertenecían a la misma persona y cuando no.
Un nuevo marcador forense
Uno de los aspectos en que profundizaron fue ver qué marcador estaba usando la IA para encontrar similitudes que no se había tenido en cuenta durante décadas de análisis forense.
Y después de cuidadosas visualizaciones sobre el proceso de decisión del sistema, comprobaron que “la IA no utilizaba minucias -las ramificaciones y puntos finales en las crestas de las huellas dactilares-, que son los patrones empleados en la comparación tradicional de huellas dactilares”, explica en un comunicado el ingeniero Gabe Guo, que fue quien inició el estudio en 2021, cuando aún era estudiante en Columbia. Apunta que, en su lugar, la IA “usaba algo relacionado con los ángulos y curvaturas de los remolinos y bucles en el centro de la huella digital”.
Es un hallazgo revolucionario, rompe con lo conocido hasta el momento
“Es un hallazgo revolucionario porque rompe con lo conocido hasta el momento; durante más de un siglo hemos considerado que las huellas que tenemos en cada dedo son aleatorias y diferentes de uno a otro, y ahora en este estudio con 60.000 muestras ven que el trazado que hay en la parte central de un dedo no es independiente del que habrá en los otros dedos de la misma persona”, asegura Manuel Gené, catedrático de Medicina Legal y Forense y de Medicina del trabajo de la UB, que no ha participado en el estudio.
Tras analizar el estudio, subraya que se trata de una aportación notable para la ciencia y que en el futuro puede resultar de gran trascendencia para la actividad pericial forense si se puede calcular una determinada probabilidad matemática (un índice de verosimilitud) de que dos huellas diferentes halladas en dos escenas de crimen distintas pertenecen a dedos de la misma persona.
No obstante, apunta que por ahora el hallazgo tendrá poca repercusión en la práctica de la medicina forense y de la investigación policial porque para trasladar los resultados de estudios de investigación al ámbito judicial es necesario que la comunidad científica del ámbito afectado, en este caso las ciencias forenses, los acepte y respalde. Además de esa aceptación, añade Gené, “sería necesario que esa técnica tenga un índice de error conocido, hay normas para su control que permitan realizar un contraperitaje” para que se acepte judicialmente.
La investigación
La investigación que ahora se publica fue impulsada por un equipo de estudiantes de ingeniería dirigido por Gabe Guo que, sin conocimientos previos de ciencia forense, cuestionó la presunción de que las huellas dactilares sean únicas y por tanto incomparables. Guo encontró una base de datos pública del gobierno de Estados Unidos con unas 60.000 huellas y las introdujo por pares en un sistema de inteligencia artificial especializado en contrastar datos.
Fueron ampliando datos y mejorando el sistema de IA hasta extraer una representación de vectores de huellas dactilares de 525.000 imágenes, pudiendo detectar cada vez con más precisión cuando un par de ellas que parecían únicas pertenecían a la misma persona.
El equipo admite que para utilizar su técnica en la práctica policial o judicial será necesario realizar una validación cuidadosa del sistema utilizando conjuntos de datos más amplios. No obstante, subrayan que su trabajo es un claro ejemplo de cómo incluso una IA bastante simple, con un conjunto de datos bastante sencillos que los científicos han tenido a su alcance durante años, puede proporcionar conocimientos que los expertos han pasado por alto durante décadas.
“Aún más emocionante es el hecho de que un estudiante universitario, sin ningún tipo de experiencia en ciencia forense, pueda utilizarla IA para desafiar con éxito una creencia generalizada en todo un campo profesional; estamos a punto de experimentar una explosión de descubrimientos científicos impulsados por la IA por parte de personas no expertas, y la comunidad de expertos, incluida la Academia, debe prepararse”, ha comentado Hod Lipson, director del Laboratorio de Máquinas Creativas de la Universidad de Columbia, al dar a conocer el hallazgo.
Fuente: La Vanguardia