Como cualquiera que ha trabajado en el campo de la investigación de una escena del crimen, ésta es una pregunta que se ha planteado más de una vez. El incremento de los hallazgos científicos relacionados con el ADN ha ampliado las capacidades de los científicos forenses y de los investigadores. Casos con poca evidencia que han permanecido congelados durante décadas, ahora se reabren con la esperanza de resolver el crimen a través del análisis de ADN.
Lo sorprendente del ADN es que se necesita muy poco para crear un perfil suficiente para que coincida con las muestras que ya están en la base de datos CODIS (Banco Nacional de Datos Genéticos en Argentina). Sumado a que hay diferentes formas de probar el ADN, como ser las pruebas de ADN familiar (por ejemplo pruebas de paternidad) que han resultado extremadamente útiles en casos que han estado pasado por alto durante muchos años.
Por otro lado, las huellas dactilares también tienen su lugar. La ciencia de las huellas dactilares (dactiloscopía) se desarrolló por primera vez en China durante la era antes de Cristo. El método ganó popularidad en Europa alrededor del 1700 y J. Edgar Hoover implementó el uso de detección de huellas dactilares en el FBI para los Estados Unidos. Dado que ningún ser humano tiene la misma huella digital, cada persona tiene un mapa con sus propios rasgos característicos (todas las huellas cumplen con los pilares papiloscópicos de ser perennes, inmutables y variables). Si se encuentra una buena huella dactilar en la escena del crimen, se puede levantar ya sea fotográficamente o con levantadores adhesivos a fin de compararla a través de la base de datos nacional (AFIS en Argentina).
Hay algunos casos en los que se utilizan tanto las huellas dactilares como el ADN para identificar a un individuo. Si se realiza correctamente, se puede levantar una huella latente para comparar y además recolectar ADN de esa superficie.
Entonces, ¿cuál es la respuesta a la pregunta? Ambos métodos tienen su importancia y pueden ser igual de efectivos, dependiendo del caso y de la pericia del investigador.
Fuente: Officer.com