Lofoscopía

Etimológicamente, Lofoscopia significa examen de cresta (lophos = cresta y kopia = examen), en este caso concreto, examen de las crestas papilares. Gracias a este sistema, la identificación de individuos tiene una herramienta cien por cien fiable.

La Lofoscopia es la ciencia que estudia las crestas papilares con fines identificativos.

Aunque, como siempre, existen muchas acepciones:

  • Es la parte de la Criminalística, con categoría de ciencia, que se encarga del análisis de las huellas dejadas por las crestas que aparecen en nuestra epidermis.
  • Es la ciencia que tiene por objeto el estudio de la impresiones papilares completas del individuo, ya sean dactilares, palmares o plantares, y, que en su aspecto técnico encuadra los valores resultantes en una clave de clasificación, con el fin de determinar el nombre antropológico de todo ser humano, por medio de una fórmula única e individual.

División de la lofoscopía

El campo de estudio de la Lofoscopia es muy heterogéneo, por ello existe una parcelación de su contenido.

El estudio de las figuras que forman las crestas papilares, según la parte del cuerpo humano donde radiquen, se divide en:

  • Dactiloscopia: Cuando los dibujos pertenecen a las yemas de los dedos
  • Quiroscopia: Cuando los dibujos pertenecen a la palma de la mano.
  • Pelmatoscopia: Cuando los dibujos pertenecen a la planta del pie.

Otra parte de la Lofoscopia es la POROSCOPIA, desarrollada por Locard, que examina las figuras que forman los orificios sudoríparos localizados en las crestas papilares. El enfoque de esta parte es distinto al de las tres anteriores, por ello la poroscopia actúa sobre el campo de ellas, pero hoy en día se admite que la poroscopia no es un sistema de identificación válido.

Finalmente la Lofoscopia se ocupa de establecer la identidad entre los dibujos papilares que se someten a comparación.

Qué es un lofograma

Lofograma es en general, cualquier dibujo formado por las crestas papilares. Los Lofogramas adquieren la denominación específica de:

  • Dactilograma (si pertenece a los dedos de las manos).
  • Quirograma (si pertenece a las palmas de las manos).
  • Pelmatograma (si pertenece a los dedos y planta del pie).

Clasificación de los lofogramas

Los Lofogramas pueden ser:

  • Naturales:

Lofograma natural es el dibujo que forman las crestas papilares en la piel. El Lofograma natural ha de observarse directamente sobre la piel. Esta operación se realiza con una relativa frecuencia en la necroidentificación.

  • Artificiales:

Lofograma artificial (también denominado IMPRESIÓN) es la reproducción de un dibujo papilar sobre una superficie adecuada, por contacto directo de las crestas, previamente recubiertas de una substancia colorante (normalmente la tinta) capaz de permanecer sobre el soporte.

También se denominan Lofogramas artificiales los que reproducen la topografía papilar, al entrar en contacto las crestas papilares con una superficie blanda.

  • Latentes:

Lofograma latente es el formado por las secreciones de los orificios papilares, al tomar contacto su dibujo con una superficie capaz de recibir y conservar el sudor y las materias sebáceas. El Lofograma latente, también se le conoce por HUELLA.

Diferencia entre lofograma artificial y latente:

El lofograma artificial o impresión, obtenido normalmente con tinta tipográfica, es tan indeleble como cualquier documento impreso.

El dibujo de las crestas papilares aparecerá reproducido sobre el papel en el color de la tinta empleada, mientras que los surcos interpapilares aparecerán en blanco. También se verán en blanco los poros, cuando las condiciones sean favorables.

El Lofograma latente o huella se debe a las excreciones cutáneas: el sudor y las materias sebáceas, que forman un depósito sobre las crestas papilares.

Estas secreciones se visualizan con los reveladores apropiados para ello (que estudiaremos más tarde) y en las superficies que las crestas han tocado, reproducen el dibujo papilar con una gran fidelidad. Posteriormente el técnico las trasplantará para su estudio en el laboratorio.

Lugar de formación de la huella:

Hace algunos años se decía que para que la huella se formara era necesario que la superficie receptora fuera: “Lisa, tersa, pulimentada y de suficiente superficie.”

Hoy en día esta expresión ha pasado a la historia y ya sólo queda lo de “suficiente superficie” ya que hoy prácticamente se obtienen huellas de cualquier superficie. La ropa es el único soporte que presenta problemas a la hora del revelado de las huellas. Este tema lo desarrollaremos ampliamente en el capítulo de los reveladores de huellas.

Obviamente lo de “suficiente superficie” sigue vigente, pues este aspecto es independiente del anterior, ya que se necesita una mínima superficie para que el dibujo de la huella sea lo suficientemente amplio para que se pueda identificar.

Por otra parte, también hay que tener muy en cuenta que las huellas se deterioran con gran facilidad.

Antecedentes de la lofoscopia

  1. Antecedentes remotos:

Tal vez se ha pretendido ir demasiado lejos a buscar los orígenes de las aplicaciones identificativas mediante los dibujos formados por las crestas papilares de los dedos de las manos.

Se han encontrado huellas palmares y dactilares en cavernas prehistóricas, que el hombre debió utilizar como morada, y en la cerámica por él utilizada. En el Museo Británico de Londres se conservan tablillas de cerámica babilónica que cuentan con más de tres mil años, en las que están impresas varias huellas dactilares.

En China, la “Ley doméstica”, una de las Leyes de Taiho, publicada en el año 702, obligaba al marido que deseaba el divorcio a notificar las causas a la mujer, en un documento firmado por él o con su huella digital. Esta ley fue a su vez copiada de las leyes de Yung Hwui (fechada en el 650).

Esta costumbre de estampar la huella de uno o varios dedos al pie de los documentos en negro o rojo, fue frecuente en Japón siglos más tarde. Las puertas de las casas de las regiones interiores del país se llenaban de huellas blancas o rojas, con fines ornamentales. La prueba más antigua de la impresión de huellas digitales en estas islas se encuentra en un templo de Kyoto.

Al misionero Collyer se debe la noticia de que en Corea, hacia el siglo VIII, el documento de venta de un esclavo iba acompañado de las huellas de su mano.

Tenemos que mencionar también unos contratos de empréstito, fechados en el año 782, hallados en una ciudad del Turquestán oriental (región de China) enterrados bajo la arena que terminan con las palabras siguientes: “Ambas partes, encontrando este contrato justo y explícito, han estampado las huellas de sus dedos como signo distintivo.”

Los historiadores mencionan que esta costumbre aún persistía en el Turquestán en el siglo XVIII.

Pero a pesar de estar suficientemente probada la existencia de huellas dactilares, por los datos recogidos no parece que sirviesen a los fines identificativos. En este criterio abundan personalidades de tanta categoría en la Dactiloscopia como Galton o Vucetich. Este último, tras un viaje a China en 1914, considera tales huellas como simples actos ceremoniales. En idéntico sentido se pronuncia el antropólogo inglés al decir que la impresión de huellas al pie de un documento es un acto entre supersticioso y ceremonial, y podría equivaler al actual juramento sobre la Biblia.

  1. Antecedentes científicos:

El primer estudio científico sobre los dibujos formados por las crestas papilares, al menos el primero del que hoy se tienen noticias, lo realizó en 1665 el anatomista Marcelo Malpighi. En su estudio aparecían descritos algunos dibujos hoy considerados tradicionales.

Casi un siglo más tarde, los también anatomistas Ruysh y Albinus, los dos holandeses, hacen el primer estudio comparativo entre los dibujos papilares humanos y los de antropoides.

  • En 1823 Johan Purkinje, natural de Bohemia, profesor de anatomía, fisiología y patología de las Universidades de Praga y Breslau, publicó su obra “Comentario de examine pshisiológico organi visus et systematis cutanei“. En ella intenta ordenar todas las huellas en nueve grupos, tomando como base las espirales, elipses, círculos, remolinos dobles y franjas inclinadas.
  • En 1844 Huscheke continuando los estudios de Purkinje, se fija en los deltas, a los que denomina triángulos.
  • En 1856 Engel vuelve a estudiar la relación entre los dibujos papilares humanos y los de los antropoides.
  • En 1867 Alix, siguiendo la línea de Engel publica un trabajo comparativo de hombres y antropoides. Estudia en él las diferencias de los dibujos en dedos, palmas y plantas de los pies de unos y otros.

Todos estos trabajos tienen en común su punto de vista anatómico-descriptivo, sin que sus autores pensaran en los dibujos papilares como medio de identificación. Sin embargo, estos estudios supusieron una gran ayuda a los posteriores investigadores con miras identificativas, como ya veremos más adelante en la Dactiloscopia.

Las crestas papilares

Las crestas papilares son los relieves epidérmicos que formando variadísimos dibujos aparecen visibles en la cara palmar de las manos y en la plantar de los pies, debiendo su origen a la disposición de las papilas de la dermis, compuestas de vasos sanguíneos y filetes nerviosos.

Anatómicamente, la piel es una membrana compuesta de dos capas:

  1. La epidermis:

En la parte superficial y vascular, consta de tres capas superpuestas:

a) Exterior:

Es una lámina córnea formadas por células muertas que se desprenden constantemente y que son renovadas por la capa media, al mismo tiempo que desaparecen.

b) Capa media:

Está compuesta por células vivas que se reproducen constantemente para reemplazar las muertas que se desprenden de la capa exterior.

c) Capa interior:

Está en contacto con la dermis. También se la denomina pigmentaria por estar compuesta de células pigmentarias que dan a la piel su coloración peculiar en cada raza y la particular en cada persona.

 

  1. La dermis:

Es la capa profunda y fundamental. Ella da a la piel su resistencia y elasticidad. Su cara más externa, en contacto con la más interna de la epidermis está llena de pequeñas prominencias, las papilas.

Son éstas un desarrollo de la dermis, que se dilata así para aumentar su superficie sensible.

Estas prominencias son a la vez, terminales nerviosas y conductores de evacuación vascular.

La forma de las papilas es muy variable. Lo mismo son cónicas, hemisféricas o piriformes, que adoptan las morfologías más diversas.

El número medio aproximado de papilas es de 36 por milímetro cuadrado. El tamaño de cada una de ellas oscila entre las 55 y 225 micras.

En determinadas partes del cuerpo, concretamente en la palma de la mano y en la planta del pie, las papilas se alinean para formar las CRESTAS PAPILARES.

Unas al costado de otras, se forman las distintas crestas con una idea general de paralelismo. Son estas crestas papilares los que con sus dibujos forman los lofogramas. Entre dos crestas queda una depresión longitudinal llamada SURCO INTERPAPILAR. La anchura de estos surcos oscila entre las 2 y 5 décimas de milímetro.

Las excreciones cutáneas

Las excreciones cutáneas que permiten la formación de los lofogramas latentes o huellas, son de dos tipos:

  1. La materia sebácea:

Es un humor grasiento y untuoso destinado a lubricar la piel. Es de reacción ácida y sus principales componentes son agua, células epiteliales, materias oleosas y ácido capreico, valeriánico y butírico.

La materia sebácea aflora a la piel por unos canales que atraviesan la epidermis, denominados folículos o glándulas sebáceas.

  1. El sudor:

Es un humor acuoso, incoloro, de olor fuerte y desagradable y de sabor salado. Es de reacción alcalina. Sus principales componentes son agua, un 99%, sales minerales en un 0,6% (cloruros sódicos, fosfatos, amoníaco y sudoratos alcalinos) y sustancias orgánicas en el 0,4% restante (aminoácidos, urea, ácidos grasos y grasas neutras).

El sudor es segregado por las glándulas sudoríparas o poros, que se encuentran situados entre las papilas. Estas glándulas son especialmente abundantes en la palma de la mano y en la planta del pie.

Están formadas por una cavidad en forma de saco que se repliega varias veces sobre sí misma hacia el fondo. Este depósito se pone en contacto con el exterior por medio de un canal sinuoso que atraviesa la dermis y la epidermis. El canal excretorio, al llegar a la epidermis describe espirales hasta abrirse paso a la superficie entre dos papilas.

Características de las crestas papilares

Las características fundamentales de los dibujos papilares son tres:

  • Perennidad.
  • Inmutabilidad.
  • Diversidad.

Estas tres cualidades de las crestas papilares hacen de la lofoscopia el sistema básico de identificación personal.

Perennidad

Las crestas papilares se mantienen en la piel de la persona durante toda su vida. Se forman en el feto antes de que salga al exterior y desaparecen después de la muerte con la destrucción de la materia orgánica por la putrefacción.

Las crestas papilares comienzan a formarse durante el tercer mes de vida intrauterina. En el sexto se manifiestan ya los surcos interpapilares y en el séptimo mes los dibujos adquieren ya su aspecto definitivo.

Los dibujos papilares persisten después de la muerte, tanto como se conserve la piel. Este extremo se ha verificado en momias egipcias, incas y mayas.

William Herschel (1738-1822) fue el primero en fijarse y demostrar esta propiedad de las crestas papilares. Verificó la igualdad de dos impresiones digitales tomadas a varias personas con diferencias hasta de cincuenta y tres años.

Pero fue Francis Galton (1822-1911) el primero en establecer la identidad entre dos huellas de una persona, entre las que mediaba un buen número de años, basándose en el cotejo de los puntos característicos.

En la actualidad, examinando cualquier archivo de reincidentes, se puede comprobar esta propiedad con el rigor científico necesario.

Las únicas diferencias que se pueden encontrar ante las reproducciones de un dibujo tomadas con una separación de varios años, son las derivadas del crecimiento, si la primera impresión se obtuvo en la fase de desarrollo. Este primer lofograma será algo más pequeño de dimensiones, pero las crestas, una a una, serán idénticas.

Inmutabilidad

Las crestas papilares permanecen invariables en número, forma, situación y dirección. No cambian, no se transforman en otras distintas bajo ninguna causa.

Las enfermedades no modifican los dibujos. Algunas, como la lepra, los destruye, pero jamás después, aparecen otros distintos.

La destrucción accidental o intencionada de las crestas papilares no da lugar a otro dibujo. Queda una cicatriz que da lugar a un dibujo muy irregular y característico. El nuevo dibujo es mucho más individualizador que el que antes formaban las crestas. Por otra parte la destrucción de todos los dibujos dactilares habla normalmente de un deseo de ocultar la identidad.

Las quemaduras y las alteraciones o desgastes profesionales o intencionados de las crestas, siempre que no afecten a la dermis, no producen un efecto definitivo sobre los dibujos. Cuando cura la lesión o desaparece el efecto causante, las crestas recuperan su forma primitiva.

Se tiene conocimiento de que algunos miembros de las SS hitlerianas después de la II Guerra Mundial, se trasplantaron los pulpejos de los dedos, pero quedaban tales huellas en los dedos que llamaban más todavía la atención.

  1. Soderman en su libro “Métodos modernos de investigación policiaca” cita el caso de Roscoe Pitts, delincuente del estado de Carolina del Norte.

Este individuo hizo que un médico le quitara mediante una operación quirúrgica, las crestas de las yemas de los dedos y le injertara en ellas pedazos de piel cortados de sus costados. Tuvo su brazos sujetos a la caja torácica durante dos semanas hasta que pegó el trasplante. Como final de esta historia, comentaré que el FBI lo identificó posteriormente cotejando el sistema basilar -ya veremos más tarde que es- que eso no se lo había trasplantado.

El libro Policía Científica (tomo I) de Francisco Antón y Juan Vicente de Luis, también cuenta interesantes casos a este respecto. Esta característica las hace infalsificables.

Diversidad

Los dibujos papilares son distintos en cada persona, y dentro de esta no hay tampoco dos dibujos iguales. Esta cualidad está verificada experimentalmente. A pesar de las grandes colecciones lofoscópicas existentes, no se ha dado el caso de identidad de dibujos pertenecientes a dos personas distintas, existiendo numerosas fórmulas matemáticas para demostrar este extremo. Todo lo más que se observa es cierta similitud entre los miembros de una misma familia. Sobre todo en los hermanos univitelinos. Pero de ese parecido de igualdad aparente a la identidad hay mucha diferencia. Ninguno de los dibujos que por algunos se consideraban iguales ha podido resistirse al examen de un experto, que siempre ha encontrado diferencias notables. Podemos citar el estudio que se ha realizado a las huellas de monos clonados en las que se ha visto que, obviamente, también salían diferentes.

Influencias en las crestas papilares

En las crestas papilares influyen los siguientes factores:

  1. Herencia

Es esta una cuestión ampliamente debatida y que está hoy plenamente vigente. Lo único cierto, y son muchos los especialistas que van aportando los casos que encuentran, es que entre padres e hijos o entre hermanos, existe una tendencia, la de reproducir el tipo, pero nada más que el tipo, no las características particulares, que son plenamente individuales.

A pesar de ello no se cuenta con elementos suficientes para poder decir que la herencia se manifiesta en los dibujos papilares.

Los casos publicados son los que ponen de manifiesto una cierta similitud. Pero no se sabe nada de todos aquellos en los que los dibujos entre ascendientes y descendientes o entre hermanos son completamente distintos.

  1. Sexo

La única diferencia que existe entre lofogramas masculinos y femeninos es su tamaño. Las crestas de las mujeres son menos gruesas, lo mismo que los surcos. Esto se cumple siempre que la mujer no tenga una constitución masculina. Un experto es muy difícil que se equivoque de sexo al examinar un dibujo papilar.

  1. Edad

Como ya queda dicho, los dibujos papilares no sufren la menor modificación a lo largo de la vida de la persona, pero existen características que están en función de la edad:

  • Junto con el crecimiento aumentan de tamaño las zonas de la piel que tienen dibujo.
  • Con la edad adquieren más grosor tanto las crestas como los surcos.
  • A los doce años la media de crestas por cada 5 mm., es de 12; a los veinte años, se ha reducido a menos de 10.
  • La edad va produciendo arrugas y acentuando las ya existentes. Las crestas van suavizando su perfil.

Los sistemas digitales

Las crestas papilares que forman el dibujo de las yemas de los dedos, ni son todas paralelas, ni cada una de ellas sigue una dirección caprichosa.

Existen en cada dactilograma unas regiones en las que las crestas guardan una idea de conjunto, son sensiblemente paralelas y siguen una misma dirección, dando una sensación de agrupamiento.

Cada uno de estos conjuntos recibe el nombre de SISTEMA y las líneas imaginarias que los separan LIMITANTES.

Los sistemas principales son tres:

  1. Basilar.
  2. Marginal.
  3. Nuclear o central.

 

MODULO II: BALÍSTICA FORENSE