Investigación de homicidios

Introducción

Es sin duda el homicidio el prototipo del delito violento por excelencia, no obstante lo cual, y debido a la variedad de circunstancias y motivaciones que en el mismo concurren, su cuantificación evolutiva no puede servir de base suficiente para extraer conclusiones acerca de la evolución de la criminalidad, a cuyo fin son indicadores más adecuados, otras manifestaciones delictivas, también violentas, como pueden ser los robos, los atracos, los tirones o las violaciones, que sí tienen capacidad para reflejar de forma aproximada la realidad criminal del país.

En 2012, casi medio millón de personas (437.000) perdieron la vida a causa de homicidios dolosos en todo el mundo. Más de una tercera parte de éstos (36%) tuvieron lugar en el continente americano, 31% en África, 28% en Asia, mientras que Europa (5%) y Oceanía (0.3%) presentaron las tasas más bajas de homicidio a nivel regional (ONU, 2013).

Si bien la tasa promedio global de homicidios es de 6.2 por cada 100.000 habitantes, África del Sur y América Central muestran promedios cuatro veces mayores (por arriba de 24 víctimas por cada 100.000 habitantes), lo que las vuelve las subregiones con las tasas de homicidio más altas que se hayan registrado, seguidas por América del Sur, África Central y el Caribe (entre 16 y 23 homicidios por cada 100.000 habitantes). Por su parte, con tasas cinco veces más bajas que el promedio global, Asia Oriental, Europa del Sur y Europa Occidental son las subregiones con los menores índices de homicidio.

Con base en elementos como la premeditación, la motivación, el contexto, los medios usados y la relación entre víctima y victimario, podemos identificar tres tipologías de homicidio a fin de esclarecer las diferentes clases de delito violento: homicidio vinculado a otras actividades delictivas, homicidio asociado a conflictos interpersonales y homicidio relacionado con motivos sociopolíticos.

Aunque los niveles de homicidio cometidos por la delincuencia organizada y las pandillas varían mucho entre las regiones del mundo, actualmente son muy elevados en zonas de América Central y del Sur; tales homicidios son a menudo producto de la violencia que se vive entre esos grupos. En general, los homicidios vinculados a la delincuencia organizada constituyen 30% de los que tienen lugar en el continente americano, por contraste con menos de 1% en Asia, Europa y Oceanía, lo que no necesariamente significa que la delincuencia organizada o las pandillas predominen más en América que en otras regiones. Además, los niveles de este tipo de homicidios pueden variar radicalmente, aun a corto plazo, al grado que, de hecho, propician cambios en las tasas de homicidio en ciertos países de América Central y el Caribe. Por otro lado, los homicidios perpetrados durante el curso de otros delitos parecen más estables alrededor del mundo; por ejemplo, los relacionados con el robo representaron un promedio de 5% de todos los homicidios cometidos cada año en América, Europa y Oceanía.

No todos los homicidios cometidos en América se relacionan con el delito: los homicidios asociados a conflictos interpersonales también representan una proporción significativa. En Montevideo, Uruguay, por ejemplo, la proporción de homicidios interpersonales es más alta que la de homicidios vinculados al delito; en Quito, Ecuador, las proporciones de esas dos distintas tipologías son casi idénticas. Los homicidios interpersonales dan cuenta de un porcentaje importante de los homicidios en todo el mundo (por ejemplo, Costa Rica: 47%; India: 48%; Suecia: 54%) y sus motivaciones son completamente diferentes de las de los homicidios vinculados al delito, pues frecuentemente se derivan de la intención de resolver un conflicto o castigar a la víctima mediante la violencia cuando las relaciones se tensan. El homicidio cometido por un compañero íntimo o un familiar es una forma de homicidio interpersonal que afecta a todos los países, sin importar su riqueza, nivel de desarrollo ni factores de riesgo y protección, los cuales pueden disminuir los niveles de violencia letal. No obstante, los homicidios cometidos por compañeros íntimos o familiares, que constituyen 14% de todos los homicidios a nivel mundial, son los de mayor intensidad en América y representan una gran proporción de todos los homicidios en Asia, Europa y Oceanía, donde son las mujeres de 30 años en adelante quienes están en mayor riesgo. Otros tipos de homicidio interpersonal, como los derivados de disputas por una propiedad o venganzas, también ocurren en todo el mundo. La falta de datos dificulta cuantificar la prevalencia mundial de las diferentes tipologías de homicidio.

El homicidio asociado a motivos sociopolíticos resulta más difícil de cuantificar que las otras dos tipologías. Ocurre cuando se intenta ejercer influencia en las relaciones de poder y para impulsar una agenda en particular. Este tipo de homicidio puede llamar mucho la atención debido a que sus efectos son muy impactantes -como en los casos de terrorismo que tienen como consecuencia la muerte- y puede representar una parte sustancial del total de homicidios en contextos o regiones específicos, como las etapas posteriores a un conflicto o los periodos de inestabilidad. Los asesinatos relacionados con la guerra y el conflicto también se consideran violencia sociopolítica, pero no se incluyen en esta categoría porque no forman parte del homicidio doloso.

Clasificación de los homicidios

La clasificación de los homicidios, tanto policial como criminológicamente, se hace por el móvil de los mismos.

En el mundo en general, se puede dar la siguiente clasificación de los distintos orígenes del homicidio:

  • Sexuales.
  • Desconocidos.
  • Organizados.
  • Los homicidios múltiples:

– Asesino en serie (“serial killer“).

– Asesino frenético (“spree killer“).

– Asesino en masa (“mass murder“).

  • Rituales y sectarios.
  • Por “honor”.
  • Terrorismo y “políticos”.
  • Por motivos diversos.
  • Por violencia doméstica (entre familia).

Sexuales

Los homicidios sexuales los podemos dividir en dos grandes grupos:

1º) Los más frecuentes son los de origen celotípico, los denominados “pasionales”.

2º) Los originados por conductas sexuales patológicas.

Se dan muchos delitos de lesiones producidos por móviles sexuales, pero con resultado de homicidio afortunadamente se dan pocos.

Hay que desmitificar la falsa visión que se tiene del crimen pasional como un acto justiciero, cometido por amor y realizado por un impulso irrefrenable, pues nada justifica la muerte de un ser humano y detrás estarán siempre el llanto de unos padres, unos hijos, unos familiares, que ya nada podrá consolar.

Protagonistas de los homicidios celotípicos:

  • En los homicidios celotípicos, los autores más frecuente son novios, esposos y amantes.
  • Luego vienen los homosexuales (también se da este crimen entre lesbianas).
  • La mayoría de los autores son hombres.
  • No necesariamente la víctima tiene que ser del sexo opuesto. Por ejemplo cuando el marido da muerte al amante de su cónyuge o a la inversa, la esposa da muerte a la amiga de “su hombre”.

Protagonistas de los homicidios originados por conductas sexuales patológicas:

Los autores más comunes de este tipo de delitos sexuales son:

1º) Un enfermo mental.

2º) Un enfermo con signos de una enfermedad somática, siendo la más común la impotencia.

Medios utilizados:

De todo tipo. Según las estadísticas policiales españolas, los medios utilizados en los crímenes sexuales, son más o menos por orden de frecuencia, y sin ser exhaustivos:

  • Armas de fuego (ya sean cortas o largas).
  • Armas blancas (principalmente cuchillos y navajas).

En el crimen pasional son muy comunes las armas blancas. Lo más común es el cuchillo, pero pueden aparecer incluso los hachas. Pueden aparecer heridas múltiples (de hasta 30 o 40 puñaladas) por el arrebato del homicida.

  • Tóxicos.
  • Atropellos.
  • Precipitaciones.
  • Estrangulamientos.

Pero ha habido otros sistemas, como aplastar la cabeza de la víctima con una piedra, o quemar a los dos amantes atados a la cama.

En este tipo de homicidio se pueden producir mutilaciones de miembros, en especial la cara o los genitales, y luego el autor se puede intentar suicidar, pero antes matando a algunos miembros de la familia.

Casi siempre se produce en ambientes donde existe violencia familiar.

Móvil:

Lógicamente, los móviles de este tipo de delitos deberían ser la pasión amorosa y la satisfacción sexual mórbida.

¿Pero cuáles son los motivos reales?

Siguiendo con las estadísticas policiales, los motivos más frecuentes son:

1º) Infidelidad conyugal. En muy típico que en el crimen pasional el autor intente justificarse “acusando” a la víctima de que se “veía” con otro hombre/mujer.

2º) Celos.

3º) Envidia.

4º) Solución de una situación crítica (como embarazo, matrimonio forzado, etc.).

5º) Ruptura de compromiso matrimonial.

6º) Impedimento de boda por estado civil de una de ellas.

7º) Diferencia de edad como obstáculo.

8º) Oposición a la práctica de actos sexuales.

9º) Sadismo (no deja de ser una pasión relacionada con el goce sexual).

10º) Venganza contra personas oponentes a los deseos del autor (normalmente siempre están dentro de su círculo familiar).

Lugar:

Los crímenes sexuales son más frecuentes en el mundo rural que en el urbano. También los de mayor violencia se presentan en los pueblos.

Circunstancias peculiares:

  • No es cierto que el crimen sexual y en especial el pasional sea fruto de un cortocircuito, una explosión o un arrebato pasional (síndrome de Otelo).

Eso son los menos, si es que existe alguno. Siempre se da una premeditación, una preparación del crimen.

  • El autor a veces se suicida y a veces intenta imitar su falso suicidio, para imprimir una falsa nota de romanticismo al crimen y así justificarlo a su manera.

Este punto es bastante frecuente en las investigaciones criminales, y muy fácil de detectar:

  1. a) El autor no utiliza para el fingido suicidio igual mecanismo que el empleado para matar a su víctima. Él se aplica otro mecanismo más débil e incluso inocuo, aunque aparente. Por ejemplo, a ella la mata de un tiro en la cabeza y él se toma cuatro somníferos.
  2. b) Las heridas que se infiere o el tóxico que toma, lo hace de forma que sean insuficientes para causarle la muerte voluntaria.
  3. c) Procurará que tenga publicidad su simulado intento de morir a fin de recibir rápida asistencia que evite todo riesgo o peligro para él.
  • Tampoco es cierto que siempre se arrepienta, pues en muchas ocasiones ocultan el cadáver o huyen para no ser detenidos por la policía.
  • Los asesinos sexuales y en especial los pasionales, casi nunca son delincuentes habituales. Al contrario, suelen tratarse de personas “normales”.

Desconocidos

La cifra de homicidios con motivación desconocida depende mucho del país. Es frecuente que muchos casos de homicidios no resueltos por la policía tienen un móvil desconocido, lo que dificulta la investigación.

En España los casos de homicidio no resueltos son menos del 10%. Generalmente se desconoce el móvil.

En Estados Unidos la proporción de casos no resueltos es mucho mayor (supera el 40%). Aunque en algunos casos se pueda sospechar el móvil (por ejemplo, el robo).

Organizados

Homicidios relacionados con organizaciones criminales. Puede tratarse de “ajustes de cuentas” entre bandas o “ejecuciones” dentro de una misma banda como método disciplinario. También es frecuente el homicidio de personas no pertenecientes a ninguna organización criminal. En este caso el homicidio suele estar motivado por una deuda impagada.

Las organizaciones criminales pueden utilizar para estos crímenes a sus propios miembros o bien contratar sicarios “externos”. Existen también organizaciones criminales que se dedican al sicariato, como por ejemplo las “oficinas de cobro”, típicas en Colombia.

Homicidios múltiples

Algunos homicidas cuentan en su haber con más de una víctima. El FBI clasifica a los homicidas múltiples en tres tipos:

  • Asesino en serie (“serial killer“).
  • Asesino frenético (“spree killer“).
  • En masa (“mass murder“).

“Asesino en serie” es el que mata un mínimo de tres personas en momentos distintos y en lugares diferentes, admitiéndose que pueda matar a más de una persona en una misma ocasión. Puede tener o no una pauta, una constante.

Es en este tipo de asesinatos es donde se utiliza la técnica de perfilación criminal para dar con el autor, con un éxito bastante notable.

El FBI divide a estos asesinos en dos tipos:

  1. a) Los organizados, que suelen dar un perfil claramente psicopático.
  2. b) Los desorganizados, que son sujetos con graves enfermedades mentales.

De todos los datos y bibliografía consultada el mayor asesino en serie del que hemos tenido conocimiento, y que hasta la fecha está considerado el mayor asesino en serie de la Historia es la condesa húngara Elizabeth Báthory (1560-1614) que mató a 650 doncellas durante 30 años, de las que previamente había abusado sexualmente, para luego bañarse en su sangre. Sabemos la cifra exacta, pues llevaba un diario de todos sus crímenes.

Murió en su habitación ya que fue condenada a ser encerrada en su habitación, que se tapió y sólo se dejó un pequeño agujero para pasar agua y la comida. Murió al cabo de tres años de estar encerrada.

Elizabeth Báthory tiene el récord Guinness de la mujer que más ha asesinado en la historia de la humanidad.

El “Spree killer” es el que mata a más de tres personas en un lapso de tiempo breve y que están enlazadas por un mismo motivo, por ejemplo, la venganza contra una misma familia. Puede matarlas en el mismo sitio, o en diferentes, y también en distintos momentos cronológicos, pero los crímenes se derivan de una sola acción.

En ese tipo de asesinatos se incluyen los casos de secuestro de rehenes en atracos a bancos, etc., que acaban con la muerte de varios de aquellos.

El asesino en masa es alguien que mata a cuatro víctimas o más, en un mismo lugar y en una misma acción. Generalmente son enfermos mentales. La mayoría de las veces el motivo es la venganza (contra su familia, su pueblo, sus amigos, su escuela, etc.) y es muy probable que la acción termine con el suicidio del autor o su muerte por parte de la policía.

Rituales y/o sectarios

De la importante faceta delictiva que tienen las sectas, da idea el hecho de que tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil (en España), en sus respectivas Comisarías Generales de Información, tienen un grupo dedicado a las sectas desde 1989.

La Policía Autónoma de Cataluña (Mossos d’Escuadra) también cuentan con la denominada Unidad de Grupos Totalitarios, encuadrada en la División Central de Información.

Las sectas son abusivas y destructivas en grados variables. Algunas sólo abusan de sus propios miembros, otras proyectan la violencia hacia afuera y aún otras hacen ambas cosas. Los miembros de sectas, por directivas de sus líderes, han disparado contra policías, se han dedicado al tráfico de droga y a la prostitución, han acumulado armas ilegales, practicado el abuso sexual en forma reiterada, han matado a golpes a niños miembros, han puesto en práctica una variedad de sádicos castigos con resultado de múltiples lesiones y han asesinado a miembros disidentes, por no hablar de su colaboración en actos terroristas.

Las muertes rituales en sectas:

La denominada “Criminalidad esotérica” tiene dos claras vertientes:

1ª) Relativa a lo que podríamos denominar genéricamente “mundo de lo oculto” y que no son más que vulgares estafas a los incautos.

2ª) Mucho más serio y peligroso, acoge todo lo relativo a la profanación de cadáveres, sepulturas y actos sacrílegos o satánicos, en algunas ocasiones acompañados de ritos homicidas, que la podríamos denominar “Criminalidad esotérica negra”.

Algunas sectas satánicas realizan rituales que conllevan “sacrificios humanos”.

También se han dado casos de exorcismos violentos, practicados por personas ajenas a la Iglesia, que han acabado con la vida de la persona exorcizada.

Por “honor”

En 2011, la joven iraquí de 19 años Shawbo Ali Rauf fue asesinada, por la propia familia de su novio, que se la llevó hasta una zona de picnic en Dokan (Irak) y le disparó siete balazos. Su crimen fue tener un número desconocido en su teléfono móvil. Es el típico “asesinato por honor”.

Los llamados “crímenes de honor” son muy frecuentes todavía en el mundo islámico, y suelen tener como víctimas a jóvenes, a menudo niñas, cuya elección sentimental no coincide, por motivos de casta, económicos o religiosos, con los designios paternos. En tales casos, los padres, hermanos o familiares de la mujer que ha osado elegir a su pareja o rechazar a la impuesta, por simple amor, se sienten en el derecho de matarla para “lavar” el honor familiar. Así lo reconocen determinadas leyes. Y en esta idea se instruye en ciertas sociedades a los más jóvenes.

Terrorismo y motivos “políticos”

El terrorismo ha sido un azote de la humanidad durante muchos años. No es un fenómeno reciente. Se considera que los primeros terroristas fueron los “zelotes”, grupo de judíos que luchaba contra los invasores romanos en el siglo I.

Dentro de este apartado hemos incluido a los “políticos” porque también puede provocar una cierta sensación de terror, cuando se mata a la persona únicamente por su cargo político, por sus ideas o relevancia social. La Historia está llena de estos ejemplos que daría para un libro.

Desde Julio César, Abraham Lincoln, el zar Nicolás II y su familia, Emiliano Zapata, Doroteo Arango (a) “Pancho Villa”, Martin Luther King, John F. Kennedy, Mahatma Gandhi y su hija, León Trotski, Olof Palme, hasta Carrero Blanco, pasando por Eduardo Dato o el General Prim.

El primer asesinato político documentado fue el del faraón Amenemhat I (1991 – 1962 a.C.), de la XII dinastía, inicio del Imperio Medio.

El concepto “propaganda del hecho” tuvo un papel destacado en las deliberaciones del Congreso Internacional Anarquista (1881). Aquel lema defendía la acción terrorista violenta en detrimento de los meros discursos y proclamas a favor de la revuelta, que según los líderes anarquistas más radicales, entre los que se encontraba Kropotkin, apenas despertaban el instinto revolucionario del pueblo.

Todos sabemos cómo fue el final del siglo XIX con los bombazos y asesinatos anarquistas.

No podemos finalizar este apartado, sin hacer una referencia en recuerdo al mayor atentado terrorista de toda la historia: 3.017 muertos y más de 6.000 heridos es el macabro récord mundial en un atentado terrorista, que como todo el mundo sabe fue cometido el 11 de septiembre del 2001 por dos aviones que se estrellaron contra la Torres Gemelas de Nueva York y que causaron su hundimiento.

Algunos libros sobre crímenes, homicidios y asesinatos nombran a los genocidios, sobre todo los del siglo XX, pues haberlos lo ha habido siempre.

Como homenaje a todas las víctimas de ellos, veamos cuáles han sido los más salvajes por su número de muertos:

  • Leopoldo II rey de Bélgica: 10 millones de muertos en el Congo (1885 – 1920).
  • Enver Pasha, dictador de Turquía: las cifras no coinciden pero van de 1,2 a 2 millones de armenios (1915 – 1917).
  • Hitler, primer ministro alemán (elegido democráticamente en 1933): 9 millones de muertes (6 de ellos judíos) (1939 – 1945).
  • Stalin, Secretario General del Partido Comunista Ruso: cuando empezó es difícil de delimitar, ya que Stalin llegó al poder en 1928. En 1933 ya había un millón de deportados en los “gulag”, y 1937-38 son los llamados “años del gran terror“, donde sólo en esos dos años fueron ejecutadas 700.000 personas. Hasta 1953, cuando murió, se calcula que las víctimas fueron unos tres millones de personas.
  • Pol Pot, presidente de Camboya por ser el jefe del ejército de los Khemeres Rojos, que conquistó el país: 1.700.000 personas (el 25% de la población camboyana entre 1975 – 1978).
  • Jean Kambanda, líder de los hutus que dirigió la matanza de tutsis en Ruanda durante 100 días de 1994: las cifras más neutrales dan 800.000 tutsis muertos, llegando algunas al millón de muertos. En 100 días murió el 10% de la población ruandesa.
  • Radovan Karadzic (como jefe de la República Serbia de Srpska) y Ratko Mladic (como general jefe de su ejército) fueron los responsables de la masacre de la ciudad bosnia de Srebrenica, la mayor matanza de civiles en Europa desde la II Guerra Mundial.

En julio de 1995, la ciudad fue capturada por el Ejército de la República Srpska, ayudado por voluntarios paramilitares griegos (en lo más alto de la ciudad se alzaron las banderas de Serbia y Grecia).

Los soldados holandeses de la OTAN que la defendían la entregaron a los serbios sin pegar un solo tiro.

Las fuerzas ocupantes deportaron a más de 20.000 personas, perpetrándose en sus alrededores la llamada “masacre de Srebrenica”, en la que aproximadamente 8.300 varones bosnios fueron asesinados.

Por motivos diversos

La mayoría de los homicidios “comunes” se deben a diversas circunstancias o motivos:

  • En una pelea (frecuentemente debida al alto consumo de alcohol).
  • En una pelea entre bandas.
  • Durante la comisión de un delito (normalmente atraco).
  • Por venganza.
  • Por drogas (para conseguir la droga).
  • Por motivos racistas o xenófobos.
  • Para cobrar un seguro.
  • Para librarse de la esposa o marido.
  • Para librarse de un socio.
  • Debido a un delirio o brote psicótico, etc.

Por violencia doméstica

Se trata de los homicidios que se producen entre familiares. Según la UNICEF, cada cinco minutos muere un niño a causa de la violencia.

Las mujeres suelen ser las víctimas más frecuentes. Pero no hay que olvidar a los hombres víctimas de sus parejas. En España se lleva un registro preciso de mujeres muertas a mano de sus parejas masculinas (lo que se denomina “violencia de género”, como si la única motivación posible para que un hombre mate a una mujer sea el “machismo”). Sin embargo, no hay datos oficiales de hombres matados por sus mujeres. Cada año mueren en España unas 50 mujeres a manos de sus parejas masculinas, y se calcula que los hombres matados por sus parejas o esposas son unos 30.

Conclusiones

Uno de los aspectos claves en la investigación de un homicidio es conocer la motivación del homicida. Esta es una pieza fundamental en el puzzle para encajar todos los datos y descubrir al autor del hecho.

MODULO IV: INSPECCIÓN OCULAR