Agatha Christie, ¿pionera en la Criminalística?

La palabra “forense” probablemente evoca imágenes de científicos con mamelucos blancos, entrecerrando los ojos para observar en microscopios, recolectando muestras de ADN mediante la técnica del hisopado, o recolectando pequeñas muestras biológicas con pinzas especiales.

Tal vez resulte un poco difícil asociar a una ciencia tan precisa y estéril con los “acogedores” relatos de Agatha Christie, no obstante podemos considerar que ella fue UNA PIONERA FORENSE. Quizás no resulte tan sorprendente, ya que sabemos que vistió una bata de laboratorio y era capaz de mezclar productos químicos peligrosos durante su período como dispensadora farmacéutica en tiempos de guerra.

El término “medicina forense” se usó ya en el siglo XVIII en una publicación, pero “ciencia forense” no, por lo tanto Agatha Christie no se habría considerado interesada en la medicina forense, sino más bien en la criminalística o en cualquier cosa considerada médico-legal.

Un dato interesante, es que según el programa de juegos Jeopardy!, Agatha Christie está acreditada como la primera persona en usar la frase “la escena del crimen” en su libro de 1923 “The murder on the links” (“Asesinato en el campo de golf”). Es un dato realmente interesante ya que la frase ahora es sinónimo de investigación criminal.

La idea de que un autor de ficción podría contribuir al panorama de la ciencia forense actual tampoco es un fenómeno completamente nuevo, ya que Sir Arthur Conan Doyle había logrado algo similar con sus historias de Sherlock Holmes, y Agatha era fanática de ellas. Conan Doyle basó vagamente su personaje de Sherlock en un cirujano de la vida real, Joseph Bell, por lo cual uno podría preguntarse si Agatha hizo lo mismo…

En el libro mencionado anteriormente, del personaje Hercule Poirot, las páginas están llenas de menciones sobre análisis de documentos manuscritos, evidencia de impresiones dactilares (huellas), patología forense (el cadáver) y evidencia de rastros.

Desde el primer capítulo, hay discusiones entre Poirot y Hastings sobre estos temas y su valor dentro de la investigación criminal:

“Está todo muy bien, Poirot, pero creo que estás cayendo en el hábito de despreciar demasiado ciertas cosas. Una huella dactilar ha llevado a veces al arresto y condena de un asesino. Y, sin duda, ha ahorcado a más de un hombre inocente”. Comentó Poirot secamente. “Pero seguramente el estudio de huellas dactilares, huellas de calzado, cenizas de cigarrillos, diferentes tipos de barro y otras pistas que combinan la observación minuciosa de los detalles, ¿todo esto es de vital importancia?”

The murder on the links. Agatha Christie

En el primer libro de Poirot, “The Mysterious Affair at Styles” (“El misterioso caso de Styles”) una vez más vuelve a impresionar por la cantidad de contenido forense. En particular, un pasaje muy específico relacionado con algo que Poirot lleva consigo a la escena del crimen en la casa señorial llamada Styles: algo a lo que ahora podríamos referirnos como un kit de investigación de la escena del crimen. 

Recoge evidencias en tubos de ensayo, sobres y dice “dejaré mi pequeño estuche hasta que lo necesite”, mostrando que tiene instrumental específico y recipientes aptos para dicha tarea.

Pero lo interesante es lo siguiente: cuando se publicó este libro, los kits de investigación de la escena del crimen no existían, y Agatha Christie le dio uno a Poirot en su historia mucho antes de que fueran llevados por los investigadores en la vida real, y desde que comenzó a escribir el libro en 1916 podría haber sido tan pronto como ocho años antes de que surgieran.

Fue en 1924 que un kit de esta naturaleza fue creado por el patólogo Sir Bernard Spilsbury, quien armó un “bolso de asesinatos” y lo recomendó como equipo estándar para todos los investigadores en una escena del hecho. Como anécdota, lo hizo después de asistir al lugar del asesinato y desmembramiento de Emily Kaye: una cabaña en una playa conocida como The Crumbles.

Había sido testigo de cómo los agentes de policía, a los que no se les brindó equipo de protección básico, recogían trozos de carne en descomposición con las manos desnudas y limpiaban muestras de sangre con sus pañuelos personales, por lo que la idea de un kit específico para este propósito entre tanta sangre tenía mucho sentido.

“Kit de asesinato”: equipo forense utilizado por los detectives que asistían a las escenas del crimen alrededor de 1940. Museo de Londres

Con el tiempo y el avance de la tecnología, estos kits forenses fueron evolucionando hasta adopar la forma de equipos de mayor complejidad, realizadas por empresas dedicadas a la venta de insumos forenses y que cubren uno o varios aspectos de la actividad pericial en escena. A modo de ejemplo, se pueden encontrar maletines completos de investigación de escena del hecho desarrollados por ADN Criminalística, que constan de la combinación de diversos kits:

  • Kit de testigos métricos magnéticos, adhesivos y convencionales y señaléctica forense.
  • Kit de levantamiento, embalaje y transporte de evidencias biológicas y no biológicas.
  • Kit de luces forenses con sus respectivos accesorios de bioseguridad.
  • Kit para el revelado y levantamiento de huellas latentes.
  • Kit de formularios de cadena de custodia y primer respondiente.
  • Kit de bioseguridad para protección personal en escena.
  • Kit de medición forense, entre otros.

 

Fuente: The home of Agatha Christie y ADN Criminalística.

¡¡Contanos en los comentarios qué libros de ficción te hicieron pensar que pudieron haber inspirado a las ciencias forenses en la vida real!!

 

⬇️❗𝐍𝐎 𝐓𝐄 𝐎𝐋𝐕𝐈𝐃𝐄𝐒❗⬇️
Compartí este artículo 📫
Seguinos en instagram🕵🏻‍♂️
Dejá tu correo electrónico 📧 para recibir todas las novedades forenses 🧬

Post Author: Admin