Inspección ocular (escena del crimen)

Introducción

La inspección ocular es la base y pilar fundamental de la investigación criminal. No existe una buena investigación si no hay una inspección ocular elaborada y bien hecha. Los avances en el siglo XXI sobre la investigación de delitos han dado un salto cualitativo en calidad y cantidad. Veámoslo a continuación.

La inspección ocular y la técnica policial

La técnica policial

¿Qué es la técnica policial? Existen dos definiciones:

1ª Definición: es la parte de la criminalística que estudia todo lo que no está encuadrado en otro capítulo o parte específica.

2ª Definición: el conjunto de principios, fundamentos, medios, métodos y procedimientos científicos encaminados a la prevención y al descubrimiento e investigación de los delitos y la averiguación de sus autores, encuadrados dentro de la criminalística y que no pertenecen a una parte específica de ella (balística, grafística, etc.).

La técnica policial presenta hoy dos grandes caminos o directrices plenamente diferenciadas:

a) La investigación en el lugar del delito (inspección ocular).

b) La investigación en el laboratorio.

Vemos como el concepto de criminalística es más amplio que el de técnica policial, ya que se admite que la técnica policial es una parte de la criminalística y más restrictivo que el de investigación criminal, ya que la criminalística es uno de los apartados de la investigación, en unión, como ya hemos dicho antes de las técnicas meramente policiales y operativas.

Partes más importantes de la técnica policial:

Inspección ocular.

Manchas y trazas:

a) Biológicas.

b) No biológicas.

Huellas no dactilares:

a) De pisadas.

b) De neumáticos.

c) Otras huellas.

Señales y marcas de fuerza en las cosas:

a) Herramientas.

b) Cerraduras.

c) Vidrios.

Definición de inspección ocular

Es una de las diligencias más importantes y consiste en el conjunto de observaciones, comprobaciones y operaciones técnico policiales que se realizan en el lugar de un suceso a efectos de su investigación.

También se puede definir la inspección ocular como el acto de comprobación personal (ya sea del técnico especialista o del juez), practicado para recoger los vestigios o elementos materiales de la perpetración del hecho punible y describir el lugar y los objetos relacionados con la existencia y naturaleza del hecho.

La inspección ocular es una diligencia fundamental pues a partir de ella se seguirá con éxito la investigación.

Fines de la inspección ocular

  • Comprobar la realidad del hecho, delito o accidente, verificando la certeza o no de la denuncia.
  • Evidenciar todas las circunstancias que traten de ocultarse con el examen visual del lugar y determinación de daños ocasionados con la detección de señales y recogida de objetos que puedan contener vestigios o pruebas.
  • Examen visual de las víctimas e implicados, en su caso, para determinar signos externos de violencia, al margen de los reconocimientos médicos que procedan.
  • Descubrir al autor e identificarlo, así como constatar las inocencias.
  • Demostrar la culpabilidad y responsabilidades, así como cuantas circunstancias hayan concurrido en la comisión de los hechos.
  • Todo ello con la máxima aportación de pruebas posibles.
  • Determinación del modus operandi.
  • Recogida de efectos o documentos que puedan aportar información del caso.
  • Gestión complementaria operativa: localización de posibles testigos.

Teoría de la transferencia o principio de intercambio

Enunciada por Locard en 1920, se resume en su afirmación de que “todo contacto deja rastro”. La teoría de la transferencia dice que cuando existe contacto entre dos objetos, se puede establecer y verificar posteriormente el efecto de tal contacto. Textualmente dijo:

“Cuando dos objetos (criminal y víctima) entran en contacto, siempre hay una transferencia de materiales del uno al otro. No hay crimen perfecto y cualquier malhechor deja tras sí involuntarias señales de su paso.

Estos indicios son los únicos totalmente objetivos, no mienten nunca y, si, se les sabe interrogar acusarán al criminal.”

En 1929 Locard se reiteró diciendo:

“Los vestigios que están presentes en nuestras ropas o en nuestra persona son testigos silenciosos, seguros y fieles de cada acción que llevamos a cabo y de cada encuentro que tenemos.”

Así por ejemplo, cuando dos vehículos entran en colisión se produce la transferencia de pintura, vidrios rotos, suciedad, etc. Reiss (importante criminalístico de principios del siglo XX) dijo que los malhechores a través de los tiempos han dejado siempre, bien sobre la víctima, bien sobre los útiles en el lugar de los hechos lo que se ha llamado “su tarjeta de visita”.

La víctima de un homicidio es probable que posea muestras del cabello, piel, sangre, fibras de tela, etc., correspondiente al homicida.

Otro tanto podemos decir del ladrón, sus zapatos llevarán adheridas señales de la tierra y a su vez en el suelo se habrán quedado sus huellas.

En un acto sexual el sospechoso dejará en la víctima el semen, fibras de ropa y cabellos y a su vez él se llevará probablemente, sangre, fibras de ropa y cabellos de la víctima. Un investigador profesional, no debe utilizar frases como:

  • Utilizó guantes“.
  • Era profesional y sabía lo que hacía“.
  • Su inteligencia logró la coartada perfecta“.

Lo dijo muy claramente Locard, maestro de maestros:

“No existen delitos sin pruebas o indicios, sino delitos mal investigados”.

Esta teoría es la que fundamenta la inspección ocular, que es la que ha de descubrir, revelar, reproducir, transportar, conservar y estudiar las huellas, señales, indicios, rastros, que aparezcan en el lugar del suceso, con el fin de establecer el famoso DÓNDE, CÓMO, CUÁNDO, QUIÉN y POR QUÉ del hecho criminal.

Y ya que hemos empezado con Locard, terminaremos con él:

“Observar no es mirar despreocupadamente y tomar nota de lo que llama la atención, sino que es proceder a una investigación metódica, siguiendo un determinado plan, es procurar describir detalladamente todo lo que puede servir para resolver el problema criminal”.

Principios y metodología de la inspección ocular

La inspección ocular deberá reunir todos y cada uno de los siguientes requisitos o pilares básicos para tener garantías de ser correcta y eficaz para la investigación del delito:

1º) Operaciones previas para los primeros que llegan al lugar del suceso.

2º) Información.

3º) Precisión.

4º) Minuciosa y exhaustiva.

5º) Inmediata.

6º) Directa.

7º) Objetiva, sin prejuicios ni formas preconcebidas.

8º) Lógica.

9º) Intentar aportar pruebas.

10º) Intentar determinar el móvil.

Operaciones previas

1º) Acudir lo más rápidamente posible: “Tiempo que pasa es la verdad que huye“. Edmond Locard -Manual de Técnica Policíaca (1935)-.

2º) Comprobar que no persiste riesgo para la nosotros u otras personas, para lo cual adoptaremos las medidas de seguridad que estimemos oportunas.

3º) Si existe una víctima hay que ayudarla. Ante la duda, considerar a la persona viva. Atender a los heridos requiriendo la asistencia de personal médico o disponiendo el traslado de aquellos. Comprobar la existencia de cadáveres. En estas operaciones se puede contar con el auxilio de personal civil. En todo caso debe procurarse desplazar o mover el mobiliario u objetos imprescindibles; para ello se intentará utilizar elementos de protección que eviten dejar restos (guantes, pañuelos, etc.).

4º) Proteger el lugar de los hechos. Impedir el acceso de personas al lugar. Si a su llegada ya hubiera personas en el mismo, deberán desalojarlas y hacer que permanezcan en las proximidades, para posteriores actuaciones como testigos potenciales. El problema es si se trata de la vía pública, sobre todo en las barriadas marginales. Se trata de evitar la presencia innecesaria de curiosos. Hay que tener cuidado pues se han dado casos en los que uno de los curiosos había participado en el hecho delictivo y había procurado eliminar pruebas.

5º) No tocar nada. Abstenerse de manipular y tocar nada. Es evidente que tenemos que entrar, no nos queda más remedio. Entonces, como mínimo nos pondremos bolsas salva-zapatos y guantes. Lo normal es trabajar con esto y con un mono especial para inspecciones oculares. No nos tenemos que olvidar nunca de la cadena de custodia y el problema de las contaminaciones.

6º) Reconocer exhaustivamente el lugar al objeto de verificar la ausencia de personas ocultas (otras víctimas o el propio delincuente), teniendo la precaución de no alterar los vestigios o restos que se hallen en el lugar.

7º) Acotar el lugar con la señalización adecuada, manteniendo todos los objetos en la misma posición en que fueron encontrados inicialmente. Eventualmente, si no se dispone de cinta señalizadora, pueden utilizarse otros medios (cuerdas, etc.). Si el lugar es una casa, basta con acotar los accesos. Si no existe suficiente espacio a la entrada, o es muy transitada, acotar un espacio amplio para albergar a los diversos servicios que van a acudir (Policía Judicial, Juez, funerarias, otros vehículos policiales, etc.).

8º) Si existen armas, hay que intentar no tocarlas, pero cuando ya sea necesario recogerla, hay que hacerlo con un protocolo de seguridad:

– Armas de fuego:

  1. a) Hay que comprobar que no esté montada o alimentada. Quitaremos el cargador.
  2. b) Pero la manipularemos en lugares que no existan huellas. Nunca tocaremos el cargador pues es un sitio ideal para que estén depositadas huellas.

– Armas blancas: no hay que tocarlas ni por la hoja ni por empuñadura. Se manejan por los bordes (extremos), pero siempre con mucho cuidado.

9º) Sin abandonar la misión principal, que es la custodia y preservación de las pruebas, recoger los primeros testimonios de forma verbal, al objeto de contar con la posible identificación de víctimas, autores o testigos.

10º) Impedir el acceso al lugar de personas no autorizadas, incluidos los familiares de las víctimas o las personas que vivan en el lugar.

11º) Tomar nota de la actuación realizada por cada agente, al objeto de determinar qué objetos fueron desplazados y qué zonas fueron pisadas. Si se dispone de material idóneo (cinta, cuerda, etc.) señalizar los pasillos que han sido utilizados para el acceso y evacuación de heridos, testigos o sospechosos.

Precisión

Hay que atender al mínimo detalle por insignificante que parezca en un principio; por cuanto un detalle pequeño, en razón de las circunstancias del caso, puede alcanzar un valor primordial, incluso llegar a ser prueba concluyente.

La precisión en la realización de la inspección ocular aportará a la pesquisa valores cualitativos determinantes en muchos casos.

Minuciosa y exhaustiva

Para evitar errores en el resultado del proceso investigativo se debe efectuar en la ejecución de la inspección ocular una amplia y detallada descripción del lugar del hecho.

Ya lo dijo Le Moyne Snyder (1969) en su “Investigación de homicidios”:

“Nunca se escribe demasiado al escribir minuciosa y detalladamente todo lo que se encuentra en el lugar de los hechos”.

La necesidad de la minuciosidad en la práctica de la investigación, está presidida por dos razones:

  1. A) Evita que se pasen por alto aspectos que pueden ser productivos y establece la convicción de que la investigación se realizó de forma exhaustiva.
  2. B) No es frecuente que el personal investigador tenga una idea precisa acerca de quién es el autor ni de la forma en que se actuó. Si la consignación de los hallazgos es incompleta y se pospone su descripción, con posterioridad se acomodarán los recuerdos orientándolos forzosamente hacia la conformación de alguna de las hipótesis que se formularon en el desarrollo de la investigación.

Los detalles que faltan por completar y que no son recordados con exactitud, se reinventan, lo que deformará la realidad del hecho.

Si no hay una constancia minuciosa por escrito de lo observado, el investigador posteriormente lo rellena con lo que recuerda para cubrir esas lagunas, alejándose de lo que realmente sucedió.

En resumen, la meticulosidad tiene que presiden la planificación del trabajo, el examen del lugar, así como los objetos y superficies y la recogida de pruebas.

Deberá ser exhaustiva en cuanto que atiende al mínimo detalle, no solo cualitativo, sino sobre todo, que es lo verdaderamente científico, al análisis y valoración cuantitativa.

No deberán pasar desapercibidos los elementos más pequeños. No se descuidará punto alguno.

Recuérdese que el detalle de apariencia más insignificante puede ser la base para el descubrimiento de la verdad.

Pero para que no pasen de largo en la observación se requiere por parte del observador un conocimiento perfecto de la técnica y de sus posibilidades.

Bertillón afirmaba: “Sólo se ve lo que se mira y sólo se mira lo que se tiene en la mente“.

Inmediata

Deberá ser inmediata, lo antes posible, a fin de evitar la desaparición, destrucción, simulación, y las alteraciones o modificaciones, voluntarias o accidentales, de las huellas, señales, pruebas, indicios o rastros.

Directa

Este informe o diligencia no nos lo puede contar nadie. Somos nosotros quienes tenemos que plasmar en soporte físico lo que hemos visto y percibido.

Objetiva, sin prejuicios ni formas preconcebidas

El acta de la inspección ocular tiene que ser desapasionada e impersonal, debe prevalecer la verdad científica, cualesquiera que sean las consecuencias sociales y jurídicas que se deriven de la inspección ocular.

Nunca se partirá de una hipótesis que pretenda que los hechos se adapten a ésta, sino al contrario, será la hipótesis la que deberá ajustarse a los hechos.

Lógica

Al igual que en cualquier otro aspecto de la Investigación Criminal, en la inspección ocular debe presidir la lógica, tanto en el campo de la actuación del técnico, como en las hipótesis de trabajo que se barajen. En este punto es donde no se pueden permitir licencias.

Son peligrosas e ineficaces las suposiciones atrevidas, las soluciones imaginativas o los supuestos especulativos.

Los hechos suceden de forma sencilla. El delincuente, ocasional o habitual, salvo en casos muy excepcionales, es un ser normal, al menos en el ámbito de sus actuaciones y manipulaciones. Muy pocos técnicos, a la hora de reconstruir un hecho, han visto una cosa que se pueda catalogar de excepcional.

El delincuente abrirá las puertas de un armario como lo haríamos nosotros, romperá un candado como lo haría el técnico que investiga, le llamarán la atención los mismos objetos que a cualquier persona normal y se verá motivado a hacer algo o a no hacerlo, de la misma forma que nos motivaría a nosotros, a la generalidad de las personas. Es obvio que esa normalidad de actuación que más arriba indicamos, ha de ser considerada en los estados de nerviosismo que cualquier actuación ilícita conlleva, pero plenamente asumible por cualquiera.

Intentar aportar pruebas

No basta con tener el convencimiento moral de quien es el autor, es preciso aportar pruebas para demostrarlo.

Intentar determinar el móvil del delito

En la inspección ocular hay que tratar de determinar y comprobar de una manera racional, clara y terminante el móvil del delito.

EXAMEN FINAL